NO APLAUDIR A LOS HOMBRES, ALABEMOS A DIOS

LEAMOS HOY 20 DE MARZO SALMOS 47.

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: “Aplaudan, pueblos todos; aclamen a Dios con gritos de alegría”. (Ver. 1).

COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 47.-

Este salmo se originó en los triunfos davídicos y tendrá su consumación cuando Cristo reine en todo el universo. ¿A QUIÉN APLAUDIMOS? Algunas versiones dicen: “Batir las manos. Batir las manos es el mismo acto que en la actualidad hacemos al aplaudir. La expresión de aplaudir no se basa únicamente en el sentimiento de alegría y triunfo del pueblo, sino en la intensión de reconocer y afirmar públicamente al Dios que también es rey. En muchos actos públicos o privados, aplaudimos a las personas que han alcanzado logros en diversas áreas del quehacer humano. ¿Hacemos ese reconocimiento hacia nuestro Dios que merece nuestra honra y adoración? ACLAMEMOS A DIOS CON ALEGRÍA. Podemos aclamar a Dios de la siguiente manera: 1) Comparta con su familia y amigos la forma que Dios los está bendiciendo, cuidando, y prosperando; 2) Cuando escriba en las diferentes redes sociales, comparta su experiencia y exprese su testimonio de lo que Dios está haciendo por vuestras vidas; 3) Encuentre a personas que están pasando por adversidades para leer la Biblia, orar y cantar alabanzas a nuestro Rey y Salvador.

CITA SELECTA.-

El alma que se vuelve a Dios en ferviente oración diaria para pedir ayuda, apoyo y poder, tendrá aspiraciones nobles, conceptos claros de la verdad y del deber, propósitos elevados, así como sed y hambre insaciable de justicia. Al mantenernos en relación con Dios, podremos derramar sobre las personas que nos rodean la luz, la paz y la serenidad que imperan en nuestro corazón. La fuerza obtenida al orar a Dios, sumada a los esfuerzos infatigables para acostumbrar la mente a ser más considerada y atenta, nos prepara para los deberes diarios, y preserva la paz del espíritu, bajo todas las circunstancias. Si nos acercamos a Dios, él nos dará palabras para hablar, por él y para alabar su nombre. Nos enseñará una melodía de la canción angelical, así como alabanzas de gratitud a nuestro Padre celestial. En todo acto de la vida se revelarán la luz y el amor del Salvador que mora en nosotros. Las dificultades exteriores no pueden afectar la vida que se vive por la fe en el Hijo de Dios”.

(Or 190).

ORACIÓN:

SEÑOR. TE PEDIMOS PERDÓN POR APLAUDIR A PERSONAS POR SUS LOGROS, PERO NO HEMOS RECONOCIDO QUE TÚ MERECES LAS MEJOR PALABRAS DE ALEGRÍA, Y APLAUSOS. NOS COMPROMETEMOS A CANTAR CON MAYOR FERVOR Y ACLAMARTE COMO NUESTRO ÚNICO DIOS. POR JESÚS, AMÉN.