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Año: 2017

Capítulo 60—Visiones de la gloria futura

En los días más sombríos de su largo conflicto con el mal, le fueron dadas a la iglesia de Dios revelaciones del propósito eterno de Jehová. Se permitió a sus hijos que mirasen más allá de las pruebas presentes hacia los triunfos futuros, al tiempo cuando, habiendo terminado la lucha, los redimidos entrarán en posesión de la tierra prometida. Estas visiones de gloria futura, cuyas escenas fueron descritas por la mano de Dios, deben ser apreciadas por su iglesia hoy, cuando se está acercando rápidamente el fin de la controversia secular y se han de cumplir en toda su plenitud las bendiciones prometidas. {PR 533.1}

Capítulo 59—“La casa de Israel”

Al proclamar las verdades del Evangelio eterno a toda nación, tribu, lengua y pueblo, la iglesia de Dios en la tierra está cumpliendo hoy la antigua profecía: “Florecerá y echará renuevos Israel, y la haz del mundo se henchirá de fruto.” Isaías 27:6. Los que siguen a Jesús, en cooperación con los seres celestiales, están ocupando rápidamente los lugares desiertos de la tierra; y como resultado de sus labores obtienen una abundante mies de preciosas almas. Hoy, como nunca antes, la diseminación de la verdad bíblica por medio de una iglesia consagrada ofrece a los hijos de los hombres los beneficios predichos siglos ha en la promesa hecha a Abrahán y a todo Israel, a la iglesia de Dios en la tierra en toda época: “Bendecirte he, … y serás bendición.” Génesis 12:2{PR 519.1}

Capítulo 58—La venida del libertador

A través de los largos siglos de “tribulación y tiniebla, oscuridad y angustia” (Isaías 8:22) que distinguieron la historia de la humanidad, desde el momento en que nuestros primeros padres perdieron su hogar edénico hasta el tiempo en que apareció el Hijo de Dios como Salvador de los pecadores, la esperanza de la raza caída se concentró en la venida de un Libertador para librar a hombres y mujeres de la servidumbre del pecado y del sepulcro. {PR 502.1}

Capítulo 57—Una reforma

Capítulo 57—Una reforma

Este capítulo está basado en Nehemías 13.

Solemne y públicamente el pueblo de Judá se había comprometido a obedecer la ley de Dios. Pero cuando por un tiempo dejó de sentir la influencia de Esdras y Nehemías, muchos se apartaron del Señor. Nehemías había vuelto a Persia. Durante su ausencia de Jerusalén se infiltraron males que amenazaban con pervertir a la nación. No sólo penetraron idólatras en la ciudad, sino que contaminaban con su presencia las mismas dependencias del templo. Mediante alianzas matrimoniales se había creado amistad entre el sumo sacerdote Eliasib y Tobías el amonita, acerbo enemigo de Israel. Como resultado de esta alianza profana, Eliasib había permitido a Tobías que ocupase una dependencia del templo hasta entonces utilizada como almacén para los diezmos y ofrendas del pueblo. {PR 494.1}

Capítulo 56—Instruídos en la ley de Dios

Este capítulo está basado en Nehemías 89, y 10.

Era el tiempo de la fiesta de las trompetas. Muchos estaban congregados en Jerusalén. La escena encerraba un triste interés. El muro de Jerusalén había sido reedificado y se habían colocado las puertas; pero gran parte de la ciudad estaba todavía en ruinas. {PR 489.1}

Capítulo 55—Maquinaciones paganas

Este capítulo está basado en Nehemías 6.

Sambalat y sus confederados no se atrevían a guerrear abiertamente contra los judíos; pero con creciente malicia continuaban en secreto sus esfuerzos para desalentarlos y ocasionarles perplejidad y perjuicio. La muralla que cercaba a Jerusalén estaba llegando rápidamente a su terminación. Una vez que se la hubiese acabado y se hubiesen colocado las puertas, aquellos enemigos de Israel no podrían entrar ya en la ciudad. Era por lo tanto cada vez mayor su deseo de detener cuanto antes el trabajo. Idearon al fin un plan por medio del cual esperaban apartar a Nehemías de su puesto y matarlo o encarcelarlo una vez que lo tuviesen en su poder. {PR 483.1}

Capítulo 54—Reproches contra la extorsión

Este capítulo está basado en Nehemías 5.

Aun no se había terminado la muralla de Jerusalén cuando se llamó la atención de Nehemías a las condiciones desafortunadas de las clases más pobres del pueblo. Con la intranquilidad que reinaba, los cultivos se habían descuidado en cierta medida. Además, debido a la conducta egoísta de algunos que habían regresado a Judea, la bendición del Señor no descansaba sobre su tierra, y había escasez de cereal. {PR 477.1}

Capítulo 53—Los edificadores de la muralla

Este capítulo está basado en Nehemías 2, 3, 4.

Nehemías realizó sano y salvo su viaje a Jerusalén. Las cartas del rey para los gobernadores de las provincias situadas a lo largo de su ruta le aseguraron una recepción honorable y pronta ayuda. Ningún enemigo se atrevía a molestar al funcionario custodiado por el poder del rey de Persia y tratado con tanta consideración por los gobernadores provinciales. Sin embargo, su llegada a Jerusalén con una escolta militar, al revelar que venía en alguna misión importante, excitó los celos de los tribus paganas que vivían cerca de la ciudad y que con frecuencia habían manifestado su enemistad contra los judíos, a los que colmaban de insultos y vituperios. En esta mala obra se destacaban ciertos jefes de dichas tribus: Sambalat el horonita, Tobías el amonita y Gesem el árabe. Desde el principio, esos caudillos observaron con ojos críticos los movimientos de Nehemías, y por todos los medios a su alcance procuraron estorbar sus planes y su obra.