DESAFÍO: CONFESAR NUESTROS PECADOS Y NO TRATAR DE ESCONDERLOS O MINIMIZARLOS

LEAMOS HOY 29 DE JULIO PROVERBIOS 28.

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: “Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón” (Ver. 13).

COMENTARIO HISTÓRICO DE PROVERBIOS 28.-

En Proverbios 28 se presenta la moralidad y la teología: Referencias a Dios, a la justicia, a la impiedad, al pecado, a la perversidad, a la rectitud, y a compartir con los pobres las bendiciones que Dios nos otorga. Salomón observó en la vida de su padre David, las consecuencias de querer ocultar el pecado. Por esa razón nos recomienda: 1) NO TRATAR DE “CUBRIR” LOS PECADOS.- Después de que una persona ha cometido pecado, puede tratar de ocultarlos delante de Dios y de los demás. Pero esconder el pecado no da buenos resultados, porque produce angustia, y temor a ser descubierto. Para tener paz de espíritu y una conciencia sin remordimiento, es mucho mejor confesar el pecado y apartarse de él; 2) CONFESIÓN HORIZONTAL.- Cuando se ha cometido faltas contra el prójimo, se debe ir directamente a quien se ha ofendido y pedirle que nos perdone. No ocultemos nada de Dios ni descuidemos la confesión de nuestras faltas a los que hemos ofendido. Santiago nos anima: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados”; 3) CONFESIÓN VERTICAL.- El confesar vuestros pecados no dañará vuestra dignidad. Mucho mejor es hacer frente ahora a nuestros pecados, confesar nuestras faltas a Dios y apartarnos de ellos, mientras intercede en nuestro favor el Señor Cristo Jesús.

CITA SELECTA.-

“Si los que esconden y disculpan sus faltas pudiesen ver cómo Satanás se alegra de ello, y los usa para desafiar a Cristo y sus santos ángeles, se apresurarían a confesar sus pecados, y a renunciar a ellos. De los defectos de carácter se vale Satanás para intentar dominar toda la mente, y sabe muy bien que, si se conservan estos defectos, lo logrará. De ahí que trate constantemente de engañar a los discípulos de Cristo con su fatal sofisma de que les es imposible vencer. Pero Jesús aboga en su favor con sus manos heridas, su cuerpo quebrantado, y declara a todos los que quieran seguirle: “Bástate mi gracia”. 2 Corintios 12:9

(CS 479).

ORACIÓN:

DIOS NUESTRO. HEMOS ACTUADO IMPÍAMENTE Y HEMOS MANCHADO TU SANTO NOMBRE, POR ES RAZÓN CONFESAMOS NUESTRAS PECADOS PARA RECIBIR TU PERDÓN. RECONOCEMOS QUE HEMOS PECADO CONTRA NUESTRO PRÓJIMO Y TE PEDIMOS NOS DES LA VALENTÍA PARA PEDIRLES PERDÓN. POR JESÚS, AMÉN.