Es imposible que una persona goce la bendición de la santificación mientras sea egoísta y glotona. Muchos gimen bajo la carga de enfermedades debido a actos erróneos en el comer y beber que hacen violencia a las leyes de la vida y la salud. Están debilitando sus órganos digestivos al complacer el apetito pervertido. La Edificación del Carácter, p. 23